Desde muy pequeña supe que mi horizonte era el arte y por eso una vez que terminé el colegio estudié la carrera de Diseño donde pude desarrollar mis habilidades manuales artísticas.

Sentía, sin embargo, que las herramientas que me aportaba  el diseño no eran suficientes para desplegar intuiciones que había dentro de mí.  Por eso comencé a pintar.

Respecto a mi obra, el tipo de figura que hago ha estado siempre en mi mente.  De la nada, las dibujaba en mis cuadernos.  Siempre diferentes, pero siempre parecidas.  A veces incluso tomaba vida como si fueran personajes.

Cuando empecé a pintar, estas formas aparecieron de nuevo.  Entonces las incorporé a mis telas decidida a pintarlas.

A medida que avanzaba, iba descubriendo que no solo eran formas, sino que también podrían tener características propias como color y textura.

Cuando no están, siento su ausencia.

Después de un tiempo, me di cuenta de que ellas tenían forma de líquenes, y desde ese día las llame así, Líquines.

Siento que lo que hago es muy personal y diferente.